El 14 de diciembre de 1988, los españoles vivieron por primera vez cómo un país quedaba paralizado casi completamente, una situación que recuerda a 2020 con la pandemia mundial generada por la Covid. Una reforma en el mercado laboral, que abarataba el despido y promulgaba los contratos temporales para los jóvenes trabajadores fue la gota que colmó el vaso para el histórico líder sindicalista de la Unión General de Trabajadores (UGT) Nicolás Redondo Urbieta (Baracaldo, 1927), que ha fallecido este miércoles a los 95 años de edad en Madrid.

Redondo se afilió a la vez, en 1945, al Partido Socialista Obrero Español y a la UGT y, por ello, mantenía una estrecha relación con Felipe González, presidente del Gobierno entre 1982 y 1996. Aunque este motivo no le impidió apoyar, junto a Comisiones Obreras, la histórica huelga general de 1988 que evidenció el descontento general con la política económica del Ejecutivo socialista de González entre su base social ante las continuas reformas que, según consideraba, iban más beneficio de la patronal que de los trabajadores.

La triste noticia de su adiós ha sido anunciada por UGT en una nota de prensa donde elogian el papel del sindicalista, “clave en la conquista de las libertades sindicales, políticas, así como en materia de derechos laborales". Al frente del sindicato, logró distintos acuerdos con la patronal y los gobiernos una vez entrada la democracia en España.

Inicios en el socialismo de Redondo

Octubre de 1974 supuso el futuro del Partido Socialista Obrero, con la celebración en el Congreso de Suresnes, que cambió la orientación política e ideológica del partido poco antes de la transición democrática en España. Nicolás Redondo, de la federación vasca, era uno de los aspirantes a secretario general, aunque no aceptó el cargo y apostó por las figuras de los andaluces Felipe González y Alfonso Guerra. Todo ocurría en un momento donde el socialismo español empezaba a aflorar desde el exilio y a la espera de la muerte del dictador Francisco Franco. 

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Se vivió una pugna entre dos visiones distintas dentro del partido. Mientras una consideraba necesario conservar el partido hasta el momento de regresar a la vida política del país, la otra no quería dejar el espacio futuro en manos del Partido Comunista, principal formación de la izquierda en aquel momento, mucho más activo y organizado en la península.

Del Congreso de Suresnes salieron González como secretario general del PSOE y Redondo como líder del sindicato afín al partido, UGT. El objetivo de ambos dirigentes era claro: ocupar el espacio de oposición al régimen que en ese momento pertenecía al PCE de Santiago Carrillo y a Marcelino Camacho con el sindicato de CC.OO. 

Diputado nacional por Vizcaya durante más de 10 años

Redondo fue elegido diputado del PSOE por Vizcaya en 1977, 1979, 1982 y 1986, aunque siempre separó su vinculación con el partido y con el sindicato, demostrando así un moralismo ejemplar pocas veces visto en la política nacional actual. Es por ello que en octubre de 1987 renunció a su escaño para mostrar su desacuerdo con la política laboral y social del Gobierno de Felipe González, tras votar en contra de los Presupuestos Generales del Estado de 1988. 

La convocatoria de la huelga general del 14 de diciembre de 1988 supuso el punto final de su amistad con el presidente del Gobierno. Después del éxito de aquella convocatoria le precedieron los paros convocados en junio de 1992 y en enero de 1994. La familia socialista se rompía, pero la situación permitió modernizar las relaciones laborales en España.

El paro general de 1988 obligó al Gobierno a negociar con los sindicatos y la reforma prevista fue retirada y se incrementó el gasto social. Además supuso un efecto de desgaste del Ejecutivo al año siguiente, donde el PSOE perdió la mayoría absoluta que ostentaban desde 1982, obteniendo 175 diputados.

La reinvención de Redondo en UGT

Hacia 1986, UGT apostó por convertirse en un sindicato de servicios. Su idea era parecerse a los sindicatos alemanes, un sindicato menos politizado pero mucho más poderoso. En este momento, Nicolás Redondo vería como le afectaría su ruptura personal y política con Felipe González.

El líder sindical creó un fuerte grupo empresarial, con promotora inmobiliaria (PSV), constructora (IGS) y compañía aseguradora (UNIAL). Con esta iniciativa, UGT quiere aprovechar el tirón del boom económico de la Expo de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona de 1992. La promotora inmobiliaria PSV, creada en 1988, lanza una serie de viviendas asequibles por todo el territorio nacional en forma de cooperativas, de las que se estima que vendieron más de 20.000 viviendas.

La cooperativa quebró en diciembre de 1993 y el Gobierno tuvo que intervenir en el caso y facilitó la liquidación de la sociedad, con el argumento de que los terrenos de la promotora inmobiliaria (IGS) eran públicos pero cedidos en derecho de superficie a la gestora. El proceso judicial del caso llevó al director de PSV, Carlos Sotos, a ingresar en prisión incondicional por una presunta estafa y apropiación indebida y al ex secretario de finanzas de UGT, Paulino Barrabés, quien salió dos semanas después.

Fue el adiós mas traumático para Redondo, que pasó de luchar por los derechos de los trabajadores a que estos le reclamaran sus pisos, los cuales no podía darles tras el fracaso de esta iniciativas. 

En el congreso del sindicato de abril de 1994 decidió echarse un lado y dejar paso a una nueva generación para el liderazgo de UGT, el cual fue asumido por Cándido Méndez. Fue el retiro de toda actividad política y sindical, a los 67 años, de este histórico vizcaíno obrero metalúrgico, de familia humilde y que sufrió las consecuencias de defender sus ideales durante el franquismo y, más tarde, de enfrentarse a las reformas laborales de Felipe González.

"Siempre mantuvo la independencia del sindicato, que ha sido el gran legado que ha dejado Nicolás Redondo en la UGT", se despedían este miércoles desde las redes sociales del sindicato. El sepelio tendrá lugar este jueves, 5 de enero, a las 12.30 en el Cementerio Civil de Madrid, en La Almudena. El cortejo fúnebre saldrá, en torno a las 12.00 horas, desde la sede de UGT.